Su prioridad es dar comida y techo a los más pobres y recuperar a funcionarios
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, llegó este domingo a la sesión de investidura de su Gobierno aislado y amonestado por Europa; con un único activo (el apoyo del 72% de los ciudadanos a su pugna con Bruselas y Berlín, según un sondeo publicado el sábado) y sólo dos opciones posibles: no abrir un nuevo frente con sus socios y acreedores y mantener las promesas electorales que dieron la victoria por mayoría a su partido, Syriza, el 25 de enero.
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