Milán era Tel Aviv y el Maccabi rey de Europa. El Madrid acababa de derretirse en un infierno amarillo quedándose por segundo año consecutivo a las puertas de su novena Copa de Europa tras 45 minutos claustrofóbicos para un equipo atribulando entre la bruma del ambiente, la furia competitiva de su rival y el acierto febril de su pequeño base.Tyrese Rice, MVP de la final y héroe en semifinales ante el CSKA, se hizo un hueco en la lista de demonios de la enciclopedia madridista con 26 puntos, cuatro rebotes y dos asistencias que negaron la gloria al conjunto de Laso, a contrapié en la recta de meta tras su memorable recorrido en el torneo. El conjunto israelí levantaba su sexto título continental destartalando pronósticos y estirando su leyenda. Una horda de 9.000 hinchas enardecidos estaban de fiesta...
(Para seguir leyendo, pincha aquí)
0 comentarios:
Publicar un comentario