Palmerston debe ser una de las islas habitadas más remotas de la Tierra.
El pequeño territorio en el Pacífico recibe un bote de suministros dos veces al año como máximo. El largo y peligroso viaje hasta allá logra disuadir hasta a los visitantes más curiosos. Y lo más llamativo: 60 de sus 62 habitantes descienden del mismo hombre: un inglés que se instaló allí hace 150 años.
Nueve días de constante movimiento. Nueves días en un bote, sin posibilidad de detenernos. Nueve días con el temor de ser golpeados por una tormenta tropical, a miles de kilómetros de un posible rescate. El Océano Pacífico es grande, mucho más grande de lo que uno podría imaginar. Este es el viaje a una isla en el fin del mundo.
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