Lo chévere del idioma español es su espíritu patiperro que le permite ser entendido por el 80% de sus cuates. Sus casi 500 millones de hablantes no tienen que bregar en medio delbochinche de otras lenguas, a pesar de lo que digan los engreídos jailonesy sin necesidad de huachafiar. Eso sí, a riesgo de que alguno pueda parecer un boludo al no entender las yapas de un idioma que no se cansa de decirasere a las expresiones que van apareciendo. Así surge una especie de parqueadero infinito donde caben desde vocablos curuvicas o cipotes,hasta otros pinches o mensos, que alguien podría interpretar como uncontradios. Pero es un idioma que no está en la olla porque sus palabras se sienten tuanis y rumbean sin complejos de ninguna vaina.
La anterior es una muestra de una lengua polifónica, policéntrica y en expansión, de cuya riqueza y preocupaciones hablarán desde hoy y hasta el miércoles más de 200 expertos en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española en Ciudad de Panamá. Como un homenaje a ella y a su diversidad, EL PAÍS ha pedido a 20 escritores del mundo hispanohablante, más Estados Unidos, que den el pie para crear un Atlas sonoro de las palabras más autóctonas del español. Narradores, poetas y ensayistas han elegido el vocablo que consideran que refleja mejor su país para que los internautas continúen con sus propuestas en el blog Papeles perdidos.
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