Santiago de Compostela vivía el miércoles los prolegómenos de su fiesta grande cuando
el tren Alvia, que cada tarde-noche entra en la estación de la capital de
Galicia procedente de Madrid y con destino a Ferrol, descarriló, a solo cuatro
kilómetros de la parada con una fuerza brutal, de tal intensidad que uno de los
ocho imponentes vagones voló a 15 metros de la vía. El accidente, registrado a
las 20.41, ha dejado un saldo provisional de 77 muertos, según fuentes del
Tribunal Superior de Justicia de Galicia citados por AFP, y al menos 140
heridos, 20 de ellos muy graves. El recuento de víctimas no ha dejado de crecer
durante toda la noche.
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