La palabra “siesta” se origina del latín “hora sexta” para marcar unas seis horas desde la salida del sol, es decir, el momento que se sitúa poco después del mediodía para los antiguos romanos.
Hoy en día es la definición de un descanso en la tarde, que en diferentes culturas es aceptado o despreciado por igual. Para algunos es fundamental, para otros es sinónimo de vagancia o pereza.
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